Hay hombres que me miran las manos.
No el rostro o las piernas,
mis dedos largos con perlas de sangre.
Me miran y piensan en pianos.
No ven,
en la penumbra del cigarro los surcos
las arrugas,
la piel que se cuartea en anticipo
cuando en la ciudad
aprieta el frío y la bruma
en las aceras
me traslada a una montaña
en blanco y negro
donde los míos
me amasaron
de tierra muerta.
El mundo es la tensión de los opuestos. Es la afirmación y su contrario. La rayuela es el cielo y soy yo, su otro lado
28 nov 2007
Hombres de manos
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Excipit
"Si bastara con amar, las cosas serían demasiado sencillas" (Albert Camus)
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